lunes, 29 de junio de 2009

La educación a distancia...¿Una modalidad educativa innovadora? 1
Emilia Garmendia

egarmen@mdp.edu.ar
Sistema Universidad Abierta
Universidad Nacional de Mar del Plata
Mar del Plata - Buenos Aires - Argentina

Jadranka Juric
Sistema Universidad Abierta

Universidad Nacional de Mar del Plata
Mar del Plata - Buenos Aires - Argentina

Silvia Ana Malvassi
smalvas@mdp.edu.ar
Sistema Universidad Abierta
Universidad Nacional de Mar del Plata
Mar del Plata - Buenos Aires - Argentina

Resumen
Cualquier orientación teórica o cualquier práctica pedagógica, dice Colom, A. (1992) requieren del enfoque tecnológico, ya que siempre que hablamos de educación, se pone en marcha un proceso de construcción teórica que necesariamente refiere al hacer. En los planteamientos de índole epistemológica que conviven hoy en día se reconocen dos tipos de conocimiento: el científico y el tecnológico. El estatuto de ambos tiene una valoración diferente en los ámbitos del desarrollo del saber. El segundo aparece a un nivel dependiente del primero: para que alguien aplique tecnología tiene que haberse investigado previamente, para poder sostener y justificar dichos ámbitos de aplicación. Y eso es así. La ciencia es conocimiento, la técnica, acción. Según Sarramona, J. (1990) la ciencia se refiere a productos mientras que la técnica lo hace a procesos.
En el caso puntual de la pedagogía, se requiere ambos procedimientos. De hecho hay un juego dialéctico constante entre el saber y el saber hacer. Hay una puesta a prueba continua entre los supuestos teóricos y su contrastación con la realidad de la práctica educativa. Si en educación es necesario conocer para actuar, si el accionar docente no puede concebirse como ascéptico de teoría, si hay un cuestionamiento al espontaneismo y a la provisoriedad constante de las decisiones, debemos concluir que la pedagogía, necesariamente, comparte estas dos dimensiones: la científica y la tecnológica, constituyéndose en sí mismo una metaciencia, ya que su propio accionar científico y tecnológico, deviene en objeto de análisis y ámbito de nuevas teorizaciones.
La modalidad a distancia es una de las formas educativas que con mayor grado de proximidad ha convivido con el desarrollo tecnológico, llegando, en algunos casos a mimetizarse, directamente con este concepto, especialmente con formas de implementación que refieren a las denominadas nuevas tecnologías, a la irrupción de la telemática, la informática u otras formas de soporte didáctico.
Sin embargo esta forma de resolver la manera de educar no es privativa de esta época, ni siquiera de este siglo. Por poco que se sondee en nuestra historia inmediata y en la no tan inmediata, se puede observar que, salvando el tiempo y la distancia, la posibilidad de superar las limitaciones que plantea la inmediatez del encuentro entre docente y alumno, y los problemas de índole estructural que plantea dicha limitación ha significado un desafío a las propuestas educativas no sólo en nuestros tiempos, donde los problemas demográficos y de accesibilidad a ofertas educativas son cada vez más diversos y acuciantes, sino que surgieron también en otros contextos espacio – temporales, donde el concepto “distancia” adquirió otros significados y se resolvió con estrategias similares.
En el caso de la educación abierta, podemos ubicar sus orígenes en épocas bastante remotas, sobre todo si consideramos como particularidades propias la informalidad, el espontaneismo y la asistematicidad. Algunos autores rescatan sus orígenes en ciertas formas de educación que aparecen en la Edad Media: tal es el caso del fuerte uso del recurso epistolar, empleado en la correspondencia que se establecía entre los hombres doctos de la iglesia. En estos procesos las cartas se constituían en verdaderas construcciones teóricas, sostenidas sobre discursos argumentativos, que estimulaban el ida y vuelta especialmente del uso de la contraargumentación y la analogía, como recursos persuasivos.
Según Cirigliano (1983) se debería considerar también, en esta misma época, el valor educativo del “viaje” medieval, experiencia ésta que era común tanto a docentes como a alumnos. En este viaje, de manera bastante aleatoria, se incorporaban conocimientos y experiencias, bebiendo en diferentes fuentes y construyendo caminos inesperados de apropiación de la información. Las paredes del aula se transformaban en límites lábiles y abrían a inesperados espacios.
Más tarde hacia el siglo XVIII se encuentran más evidencias de estas modalidades educativas informales, especialmente por ser éste un siglo que privilegió el estilo epistolar como forma de comunicación.
En el siglo XIX se inician los primeros cursos por correspondencia en Rusia, Suecia y Alemania. Pero con el correr del tiempo, especialmente a principios de este siglo, se comenzó a vislumbrar su potencialidad pedagógica y la posibilidad de implementar formas sistemáticas y organizadas de enseñanza, especialmente a través de la correspondencia, con el propósito de llegar a mayor cantidad de usuarios.
Fundamentalmente a partir de las décadas del 50' y del 60' que se encuentran ofertas institucionalizadas y formales de educación abierta, conviviendo también con ofertas de educación a distancia.
El uso casi exclusivo de la correspondencia como forma de enseñanza en esta etapa que podríamos considerar fundacional dejó signada a la modalidad. “Rótulo, por cierto que habría de pesar y sigue pesando...“ dice Gustavo Luis Carrera (1993, pág. 26) “ negativamente sobre todo lo que han sido después los estudios por el sistema a distancia. No ha resultado fácil liberarse de la mala sombra de los “cursos por correspondencia” en la impresión, poco informada, de muy diversas personas, incluyendo a los funcionarios vinculados a los niveles de decisión en materia educativa”.
A medida que nos adentremos en la década de los 70, y a partir de allí, las formas tecnológicas y enfoques que irán adoptando las ofertas de educación a distancia comenzarán a complejizarse, iniciando la combinatoria de varios medios, los cuales se estructurán, con diseños que compartirán, también, estos niveles de complejización.
En este trabajo intentaremos desarrollar nuestra línea de pensamiento a través de la siguiente estructura:
Una aproximación a los conceptos de educación abierta y a distancia, reflejando las características distintivas de cada una de ellas.
Un pasaje por diferentes décadas, para describir el contexto de surgimiento de la modalidad, desde los años 50 hasta los 90, presentando algunas de las particularidades desglosadas en diferentes aspectos que abarcan: el contexto socioeconómico y político, educación y curriculum, educación a distancia - tecnología educativa, instituciones y/o programas con modalidad a distancia en el ámbito internacional y nacional. Al final de la descripción de cada década aparece un cuadro que sistematiza parte de la información desarrollada, y los aspectos mencionados, y avanza además, sobre otros contenidos que se presentan en un plano netamente indicativo.
Cerramos con un análisis crítico del desarrollo de las llamadas nuevas tecnologías y su impacto en el ámbito de la educación en general y de la educación a distancia, en particular.

Palabras claves: Educación a distancia, educación abierta, tecnología educativa.
1- Artículo del año 1999.

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